¿Has sentido en tu trabajo, últimamente, que lo que haces no te llena?
¿Que hay algo que no encaja contigo y no sabes qué puede ser?
¿Que no te ves en los próximos años todavía en esa posición? ¿Que hay algo más?
Quizá, entonces, sea hora de cambiar de carrera y todavía no te has dado cuenta. En este artículo te dejo un consejo que te puede ayudar a distinguir si lo que necesitas es un cambio de carrera. Es tan ridículamente simple como efectivo.
Cuando yo estaba terminando mi doctorado (y varios años subsiguientes) ya sentía que algo no estaba del todo bien. Jamás hubiera pensado que esa sensación podría estar relacionada con el trabajo. Estaba por finalizar mi doctorado. Por fin comenzaba mi carrera como investigador. Todo debía ser alegría y entusiasmo … pero no era así. No quiero detenerme en esto para no desviarme del tema. Si te interesa conocer un poco más de cómo llegué hasta aquí, te invito a escuchar el primer episodio de mi podcast Inteligencia Aumentada haciendo click aquí.
Volviendo a lo nuestro, haciéndola corta, varios años después (casi 7 para ser más precisos) decidí cambiar. No sabía hacia dónde, pero quería cambiar. NECESITABA cambiar. Esta decisión no fue fácil. Por suerte, de tanto probar y experimentar, descubrí esta técnica que, como digo más arriba, es ridículamente sencilla. Tanto que hasta me siento que me estoy burlando de ustedes al explicárselos. Pero es que es tan simple que a veces la pasamos por alto porque creemos que no aportará nada.
Bien, sin más preámbulo, aquí te va:
¿Qué necesitas?
Toma una hoja de papel. Si prefieres, no es necesario que sea una hoja física. Puede ser un documento digital en la computadora o tu celular, da igual. Sin embargo, para algunas personas, escribir a mano en una hoja de papel les resulta mejor. Algunos creen que escribir en papel nos genera la sensación interna de que lo que estamos escribiendo, a su vez lo sacamos de nuestra mente, librándonos del peso de conservar la mayor cantidad de información posible, aunque sea un poquito.
Lo bueno y lo malo
Divide la hoja al medio para hacer dos listas. En una de las mitades, lista todas las cosas positivas que ves en tu trabajo. En la otra mitad, coloca todo lo negativo. Procura escribir TODO, sin importar el tema. Aquí hay algunas sugerencias acerca de lo que puedes incluir (aunque la lista no es exhaustiva):
- relación con tus pares,
- relación con tus superiores,
- salario,
- tareas,
- horario,
- flexibilidad,
- posibilidad de trabajar remoto,
- beneficios
Estas sugerencias son algunas de las que utilicé para realizar mi lista. Piensa también qué factores consideras que son importantes para ti en un trabajo, qué cosas crees que debe haber y, muy importante, qué cosas crees que NO debería ocurrir en un trabajo. Eso te dará un panorama más amplio.
¿Cuánto pesa?
Una vez que tenemos las dos listas (lo bueno y lo malo de nuestro trabajo actual), empezamos a tener nuestro panorama un poco más claro. Seguramente, surgieron aspectos de tu trabajo que no te gustan tanto pero no lo habías notado hasta que comenzaste a pensarlo activamente. También habrá cosas que sí te gustan y las pasabas por alto. Este ejercicio ya es bueno de por sí. Pero no es todo, aún hay más.
No todo lo que nos gusta es con la misma intensidad. Lo mismo ocurre con lo que no nos gusta. Por ejemplo, si estás en un trabajo donde no se permite el trabajo remoto (o teletrabajo), es probable que eso no te guste. Sin embargo, el impacto negativo que eso tiene seguramente es mucho menor que el hecho de que tengas un jefe malhumorado y exigente que constantemente está reprimiéndonos todo el tiempo, nunca valora lo positivo, le importancia crítica a todos nuestros errores, nos tiene en constante amenaza de que, si seguimos así, nos van a despedir, etc. Esto es lógico (lo de que no todo tenga la misma importancia, no que tu jefe quiera constantemente despedirte). No todo tiene el mismo peso en la vida.
Para poder cuantificar mejor nuestras listas, debemos asignarle una puntuación a cada elemento. Podemos elegir una escala clásica de 1 al 10, o de 1 a 5, o de 1 a 100. En fin, no interesa qué escala utilices siempre y cuando mantengas la misma escala para todos los elementos de ambas listas. Esto nos dará una idea de qué tan importante es cada aspecto que has escrito allí.
Comparación de resultados
Luego de que hayas calificado por completo ambas listas, deberás sumar el total de cada una, obteniendo dos resultados: el total de lo bueno y el total de lo malo. Esto te dará un indicio de qué tan pesado es el aspecto positivo frente al negativo.
Con esto, finalmente hacemos una simple comparativa:
- Si el aspecto positivo es mayor que el negativo, entonces nuestro trabajo no es tan malo como creíamos. Nuestro descontento puede provenir de algún aspecto laboral puntual. En ese caso, simplemente deberíamos identificar cuál es ese aspecto (seguramente ya lo tienes identificado en la lista) y buscar la forma de solucionarlo (un aumento de sueldo, un cambio de categoría, buscar nuevos proyectos, etc.)
- Si ambas puntuaciones totales son iguales (o muy parecidas), entonces estamos en una situación algo delicada. No hay razones ni para seguir ni para irnos. Aquí la delicadeza de la situación reside en que no tenemos un factor de peso que nos facilite la decisión o la identificación de cuál puede ser el mejor camino.
- Finalmente, en el caso en que el total negativo sea el predominante, pone en evidencia de que algo no está bien en nuestro trabajo. Hay algo (una o más cosas) que no nos gustan y consideramos que no queremos seguir trabajando en esa situación. En ese caso, es más evidente que necesitamos un cambio de carrera profesional.
Comentarios finales
En este artículo te compartí una forma de identificar si quieres/necesitas un cambio de carrera. No estoy haciendo nada por ti, simplemente te di una herramienta para que logres visualizarlo más fácilmente. Recuerda que la persona que puso esos elementos en ambas listas y luego los calificó fuiste tú. Es decir, que si este “test” nos da que necesitamos un cambio de carrera, fue simplemente una manifestación de tu subconsciente acerca de lo que quieres hacer con tu vida profesional.
Ahora bien, ya hiciste el test y llegaste a que necesitas un cambio de carrera. ¿Qué hacemos? ¿Qué tipo de carrera elijo? ¿A qué quiero dedicarme ahora? ¿Para dónde salgo corriendo? Ahhhhhhh!!!!!!!
No te asustes. No tienes que tomar la decisión de la noche a la mañana. Esto no significa que el mes que viene ya tienes que estar en tu nuevo trabajo con tu nueva carrera. Para nada. Pero has avanzado un paso gigantesco al reconocer que necesitas este cambio (recuerda que a mí me tomó 7 años darme cuenta).
Lamentablemente, yo no puedo decirte hacia qué tipo de carrera debes cambiar. Eso lo debes descubrir tú. Pero, si te interesa el mundo de la Inteligencia Artificial y el Machine Learning, ahí sí tendré mejores herramientas para ayudarte, ya que es el mismo camino que yo tomé, y compartiré con gusto las decisiones que tomé con la intención de ayudarte a que tu cambio sea más rápido y con menos obstáculos.
Por eso, quiero invitarte a escuchar mi podcast llamado Inteligencia Aumentada (enlace), donde comparto información y consejos acerca de cómo cambiar de carrera profesional hacia el mundo de la Inteligencia Artificial.
Si te interesa el mundo de la Inteligencia Artificial, te invito también a que visites mi página (https://lucianodarriba.com/). Allí, además de poder escuchar el podcast, tienes un blog donde comparto información valiosa de este tema que me apasiona tanto (y espero que a ti también). También tienes enlaces a otras redes sociales donde comparto información (como Instagram y LinkedIn).
Espero verte seguido por aquí. Siéntete libre de contactarme con preguntas, sugerencias, pedido de contenido, etc.
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